El beneficio de hacer una clase particular es que se adapta a ti en todos los aspectos: posturas, respiración, meditación, enfermedades y patologías, etc. Permitiendo que la practique cualquier persona, de cualquier edad, en cualquier situación o con un objetivo en específico.
Toman en cuenta las necesidades de cada uno de los participantes, ya sean físicas o emocionales, para así determinar los objetivos y diseñar una práctica adecuada.
Antes de planificar una práctica personalizada se evaluará:
- Tiempo: Duración, día y hora de la práctica.
- Lugar: Ambiente, clima, entorno.
- Fuerza: Física, mental y enfoque.
No todos tenemos las mismas necesidades o capacidades, nuestras actividades diarias son distintas y dejan distintos efectos en nuestro cuerpo y mente.
Las motivaciones para practicar yoga, dependen de cada persona, desde algo física a algo espiritual y entre ellas muchas más. Las clases grupales trabajan todas ellas, pero si tienes la necesidad de trabajar algo en concreto, una clase particular es la mejor manera de hacerlo.
Además, no solo tienes una clase guiada, sino que aprendes cómo aplicar en tu vida estos recursos y herramientas, para lograr transformar hábitos y generar nuevos patrones tanto en tu cuerpo como en tu mente.
